El Apocalipsis, el mito astrol贸gico universal. (670 馃挀)


Zoroastro
Los mitos cristianos y jud铆os proceden en parte de los que crearon los Magos seguidores de Zoroastro. En esa religi贸n se estipulan dos principios: el principio del bien y de la luz, Oromaz y el de la oscuridad o del mal, Ahriman. Ambos est谩n embarcados en una lucha por el control del mundo con sus huestes de genios, duendes o 脕ngeles. Finalmente debe triunfar el bien y cada uno regresara a su reino. Entonces no habr谩 m谩s hambre ni miserias en el mundo, donde reinar谩 la felicidad y la paz, ser谩 el reino de la Luz, de Ormuz. Esta es la fabula teol贸gica que universalmente se reproduce en todas las religiones



El libro del Apocalipsis expresa esta idea teol贸gica con todo detalle. Lo primero que debemos observar es la insistencia en el uso de dos n煤meros el siete y el doce, que significan la divisi贸n planetaria y zodiacal del mundo. Es la base del sistema astrol贸gico con el que se expresa el destino del mundo. En este libro el numero siete se repite veinticuatro veces (dos veces doce) y el numero doce otras catorce veces (dos veces siete).

Imagen de Jesus  


El sistema planetario esta claramente expresado en las siete ramas, lo siete brazos del candelabro, las siete estrellas que est谩n en la mano del genio divino, pr铆ncipe de la luz similar al Ormuz de los persas. Es a partir de esas siete estrellas que la “Luz Increada” se difunde a partir de un foco central, el sol. Por esta raz贸n a Juan se le aparece un 谩ngel de luz, un genio divino que le desvelar脿 los misterios celestiales. El candelabro que preside el altar del templo de Jerusal茅n tiene siete brazos, cada uno representa un planeta, el central es el sol como estaba as铆 representado en la cosmogon铆a geoc茅ntrica de los antiguos. Ese templo tiene siete estancias, Dios nos observa con siete ojos, los siete cuernos del cordero (Aries) son siete esp铆ritus divinos. En todos los monumentos de Mhitras aparecen las siete estrellas representando los siete planetas o esp铆ritus divinos. Esta misma idea esta en las siete iglesias, de las cuales la primera es la de Efeso, o los siete planetas, de los que el primero es la Luna o Diana.



La siguiente representaci贸n es la del cielo dividido en cuatro secciones representados con un Le贸n, un Toro, un Hombre (un aguador) y un 脕guila. A las estrellas que indican se les llama estrellas reales. Los siete planetas son vistos por el autor del Apocalipsis como siete puertas, y vislumbra una puerta abierta en lo alto (que completa los ocho cielos), con una escalera por la que es invitado a ascender, es decir a descubrir los misterios de la astrolog铆a con los que podr谩 desvelar el futuro.

Zoroastro

La descripci贸n del mundo se concreta as铆 circularmente, con Dios en su centro, y las cuatro secciones del cielo distribuidas uniformemente, el c铆rculo se divide entonces en veinticuatro partes, las horas, o ancianos del tiempo. A estas horas si las tomamos de seis en seis se les llama “alas “. As铆, cada animal con el que divide el cielo de las estrellas fijas tiene seis alas. Estos son los Querubines de Ezequiel, igual que los caldeos o los sirios llamaban el “Cielo de los Querubines”.



Al cielo as铆 representado se le llama Libro del Destino del Mundo, sellado con siete sellos (los siete planetas) cuya apertura realizara “el cordero” (el signo de Aries o primer signo del zodiaco). En las antiguas dionisiacas de Nonnus tambi茅n el libro del destino (libro de las siete tabletas) esta cerrado con siete tablas, con el nombre de un planeta cada una de ellas. En el cuadro aleg贸rico se sucede, el Arca, la Virgen, el Drag贸n, la Ballena, el Cordero con grandes cuernos, etc. Todas estas 茅pocas de la naturaleza se suceden hasta que al final triunfa la luz, el Sol, se produce el gran juicio en que los seguidores de Ormuz se separan de los de Ahriman y llega el reino de Dios, de la Luz. En esta teolog铆a zoroastriana el principio del mal aparece bajo la forma de una serpiente, como en la Biblia despu茅s, en la mitolog铆a griega es J煤piter, quien destruye a Typhon o Typheus.



As铆 el Dios de la Luz, como conquistador hace entrar a sus seguidores en la mansi贸n de la Luz Eterna, libre del mal, y tambi茅n dividida en doce secciones empezando por la del Cordero. Todas las producciones de la naturaleza quedan pues bajo la influencia de uno u otro signo, doce tipos de plantas, de animales, de piedras, etc. La distribuci贸n de los meses es doce, las estaciones cuatro con tres signos cada una, como cuatro las puertas del cielo apuntando a los cuatro puntos cardinales. As铆 hay doce vientos, cada uno procedente de un signo, como Eolo ten铆a doce hijos en Homero. En los hebreos tenemos doce tribus y doce puertas. En Jacob las caracter铆sticas de cada uno de sus doce hijos esta de acuerdo con la de cada uno de los signos astrol贸gicos. Simon Joaquita establece doce genios o esp铆ritus de acuerdo con los doce signos. Tambi茅n Psellus en su libro de los genios, los agrupa en cuatro grupos de tres. Clemente de Alejandr铆a en su Ciudad de Dios tambi茅n se divide en doce partes a imagen del cielo. Luciano describe una ciudad similar para los justos, pero dividida en siete, a imagen de la divisi贸n planetaria. Los maniqueos colocan a los justos en la rueda celestial dividida en doce partes alrededor de la luz eterna. Todas estas son las ruedas de la visi贸n de Ezequiel.



Los musulmanes describen el universo como una ciudad de doce mil “Parasangas” de circunferencia, con doce mil p贸rticos, empleando la divisi贸n milesimal de los persas.



En la mitolog铆a n贸rdica tambi茅n tenemos una ciudad celestial con doce gobernadores. All铆 el Gran Drag贸n es destruido por Od铆n, el hijo del Dios Thor. As铆 vemos que todas las mitolog铆as antiguas son similares al Apocalipsis, o dicho de otro modo que el Apocalipsis cristiano no parece ser  mas que una version regional, no original,  de un mito "solar" comun a todos los pueblos de su entorno.


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