URANO

 

 

Urano

Herschel, o Urano , el planeta más remoto descubierto hasta ahora en nuestro sistema solar, con excepción del planeta Neptuno , descubierto recientemente, rara vez se ve sin telescopio; pero en una noche hermosa, cuando la Luna está ausente, se lo puede ver a simple vista, es del tamaño de una estrella de sexta magnitud, de un color blanco azulado, con un brillo entre el de la Luna y el de Mercurio. Está a más de 1.822 millones de millas de distancia del Sol, o aproximadamente 19 veces la distancia de la Tierra. Su diámetro es de aproximadamente 34.500 millas y es 80 veces más grande que nuestra Tierra. Realiza su revolución anual en casi 84 de nuestros años, moviéndose de oeste a este a una velocidad de 15.546 millas por hora. Su rotación sobre su eje se realiza en aproximadamente 42 horas. Urano tiene 8 lunas, 6 descubiertas por Sir W. Herschel, las otras 2 por Mr. Lassel de Liverpool, que se mueven en órbitas casi circulares y, contrariamente a todos los demás movimientos planetarios, casi perpendiculares al plano de la eclíptica. Parecen moverse retrógradamente, es decir, de este a oeste, pero esto es sin duda una ilusión óptica, que surge de nuestra ignorancia de qué parte de la órbita se inclina hacia la Tierra y cuál se aleja de ella. Urano, o Ouranos, fue estimado por los mitólogos paganos como el más antiguo de todos los dioses. También se le llamó Coelus, y se dice que se casó con su hermana He o Terra, y fue padre de los Titanes, Cíclopes y Gigantes. Fue depuesto por su hijo Saturno.

 
En Astrología su influencia es maligna y similar a la influencia combinada de Saturno y Mercurio; infunde en la constitución de aquellos en cuyos orígenes es poderoso un notable grado de excentricidad, y generalmente son de carácter romántico, errante, inestable, aficionado a viajar, que se enfrenta a muchas aventuras extraordinarias, sujeto a repentinos reveses de fortuna, dado que estudiar la antigüedad y despreciar la costumbre, cualquier mal o bien que pueda producir, generalmente se produce de una manera muy extraña e inesperada. Cuando consideramos cuánto debe haber desconcertado este Planeta el juicio de los Astrólogos de una época anterior, y las numerosas dificultades que siempre han atravesado quienes han estudiado esta Ciencia, cuán tontas e ignorantes deben ser aquellas personas que esperan del Astrólogo lo que ¡No exigen de nadie más, la infalibilidad!

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