ENCARNACION Y RE-ENCARNACION




Los seres humanos como grupo parecen ser algo inmortal en sí mismo; así también es cada Ronda. La primera Ronda se entiende que esta constituida por los padres de la segunda. Cada Ronda constituye una gran familia planetaria que contiene dentro de sí misma grupos menores de almas humanas. Cada una esta formada por las leyes de su forma, y las leyes de su afinidad. Al termino de una Ronda, el día polar de la evolución llega a su fin y la Ola de Vida sale de cada planeta. La segunda ronda de la humanidad; descendencia de la primera, no comienza hasta que la Ola de Vida humana, ha dado la vuelta a toda la cadena planetaria llega de nuevo al planeta, un período de 15,552,000 años como se indica en La Clef Hermetique.

El alma embrionaria e impersonal se convierte en cada ser humano, al igual que la bellota se convierte en el roble; y como el roble da a luz muchas bellotas o robles embrionarios, así el ser humano, a su vez, se convierte en el medio de dar nacimiento a muchas almas. Existe una completa correspondencia entre los dos.

Por lo dicho, vemos que cada Ronda de la humanidad se vuelve más numerosa. A medida que aumenta la población el conocimiento material en expansión de cada generación sucesiva hace posible que nuestra tierra sostenga un mayor número sobre una superficie determinada.

El origen, naturaleza y actividades del Ego que da nacimiento a la mónada espiritual humana es la hipotesis a partir de la cual entendemos que todas las cosas se originan como el resultado objetivo de una idea subjetiva. El Ego humano es la descendencia de esa armonía celestial, un átomo diferenciado de espíritu informe difusivo. Surgio a través de las actividades cosmicas de otras almas que podemos denominar  padres o madres que son representativas del Amor y la Sabiduría, la inteligencia y verdad, dentro de la esfera solar de la vida creativa. Nos hemos esforzado por dejar estos puntos lo más claros posible, debido a su importancia primordial al darse cuenta de que, el punto en el arco, que se reclama por el culto budista y sus seguidores como el origen de la formacion del alma es, de hecho, sólo el punto de inflexión, el peldaño inferior de la escalera esotérica de Jacob, sobre el cual el alma realiza su ascenso y descenso.


     Los teósofos de la escuela de la reencarnación humana, admiten la divinidad absoluta del Ego, y no dan cuenta de la génesis del alma que el Ego desarrolla. Ninguno de ellos tiene idea de cómo, cuándo o dónde tiene lugar la diferenciación del Ego. Aunque sostienen que hay una evolución espiritual que precede a toda evolución material, consideran que la primera manifestación espiritual del alma es un misterio arcano, conocido sólo por los  más altos adeptos. Estos adeptos del Culto Budista, sin embargo, ignoran totalmente el estado cosmico y niegan su existencia, porque ellos, en su esfera concentrada de individualidad absoluta, no pueden formarse una concepción de tal estado. La acusación de egoísmo espiritual se ha formulado a menudo, incluso por  los teósofos, contra las enseñanzas de sus mahatmas, y existe un buen fundamento para la acusación cuando se examinan críticamente sus enseñanzas.
 

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