La Parte de la Fortuna

 

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LA PARTE DE LA FORTUNA es un punto imaginario en los cielos, que se supone que es un moderador que contiene el mismo poder que las luminarias, pero que en realidad no es más que un fantasma incubado en el cerebro figurativo de Ptolomeo, que no tiene influencia alguna, salvo que la influencia puede surgir de la nada. Era una máxima favorita de ese autor tener todo, como diría su abuela, "ordenado como en una tarta de manzana": de ahí que los 12 signos se dividieran en 4 trígonos, para adaptarse a los 4 elementos; los planetas estaban todos acomodados entre ellos con Casas, Triplicidades y Exaltaciones, y el conjunto separado en fragmentos se dividió entre ellos por Términos: tenían sus Carros, Tronos, Alegrías, Sexos; tres de ellos eran diurnos y tres nocturnos, y el extraño uno o ninguno, según le convenía; tenían cuartos orientales y occidentales asignados; Cada uno de ellos tenía una nota musical confiada a su cuidado y, en resumen, todo el universo estaba repartido entre ellos con un aire de tanta autoridad e importancia como si Ptolomeo lo hubiera creado él mismo y, en consecuencia, poseyera un conocimiento de todas sus complejidades y relaciones. Cada planeta tenía su viento, naciones, animales, hierbas, partes del cuerpo humano, etc. asignados a él. La distribución ciertamente mostraba mucho orden, regularidad e ingenio, y sólo le faltaba la verdad y la razón para completarla.

Entre otras cosas, observaron que había un punto ascendente en los cielos, y que éste pertenecía al Sol. No tengo la menor idea de cómo podían imaginar que pertenecía al Sol, pues el ascendente es un punto mundano y no tiene más conexión con el Sol, excepto cuando está allí, que el punto más remoto de los cielos, ni puede tener de ninguna manera más relación con el Sol que con la Luna o con cualquier otro planeta. Sin embargo, descubrieron por experiencia que el horóscopo era un punto de cierta importancia (porque allí las estrellas insertan por primera vez los efectos de sus rayos en un animal), y siendo así, supusieron que, como todo lo demás, debía pertenecer a algo, y como el Sol era el más glorioso de los cuerpos celestes, debía pertenecerle. Sin embargo, la Luna también era un planeta de cierta importancia y, en realidad, más que el Sol en la rapidez y potencia de sus operaciones. Por lo tanto, era necesario que tuviera algún tipo de horóscopo, en aras de la uniformidad. No podía haber más que un horóscopo, y como ya se había descartado eso, se hizo necesario llamar horóscopo a algún punto que no lo fuera, y este es el punto en el que se encuentra la Luna cuando el Sol está ascendiendo, y, en consecuencia, en lo que se llama su horóscopo. "El pFo", dice Ptolomeo, "se calcula a partir de los grados intermedios entre las luminarias, y tiene un número igual de grados desde el horóscopo según la sucesión de signos. Por lo tanto, tanto de noche como de día, se considera que cualquiera que sea la distancia o configuración proporcional que tenga el Sol con respecto al horóscopo, la Luna tiene la misma con respecto al pFo, de modo que puede servir como horóscopo lunar".

La opinión de Placidus, antes de que el viera la de Negusantius, era que la pFo se movía en la trayectoria de la Lat de la Luna, y tenía razón, si es que algo puede considerarse correcto si es fundamentalmente erróneo: pues, como el Sol, al no tener Lat, está siempre en la eclíptica, y por tanto es uniforme con el horóscopo según el curso de la eclíptica, así también la Luna debería ser uniforme con la pFo según el curso de la eclíptica, conservando esta última sólo la distancia de la Lat de la Luna respecto de ella. Negusantius inventó otro método, que es completamente ininteligible, aunque aprobado por Placidus, que consiste en dar a la pFo la Dec de la Luna, tanto en número como en nombre, de modo que si la Luna estuviera en Cap con 26° de Dec sur, y la pFo en Can, esta última tendría también 26° de Dec sur, lo que no puede dejar de hacer que todo resulte ininteligible. Es sorprendente que Placidus no pudiera ver la causa del error de Negusantius, y la hubiera visto si no se hubiera dejado llevar por la estúpida doctrina de Ptolomeo sobre los lugares aféticos, que negaba que la Lun fuera hyleg porque estaba bajo la Tierra. Ahora bien, no cabe duda de que la Lun es siempre hyleg dondequiera que esté, y en esto radica el error de Negusantius. Encontró que la muerte se producía con frecuencia cuando la anareta adquiría la misma Dec que la pFo, porque ésta era la Dec de la Lun, y lo que la Lun sufría como hyleg se atribuía a la pFo. Ahora bien, es muy cierto que, según las reglas tanto de Ptolomeo como de Plácido, la pFo no puede tener uniformemente la Dec de la Luna, aunque este último no pudo ver la deriva de su propia teoría, que es ésta: “La pFo”, dice, “se coloca de acuerdo con la distancia de la Luna al Sol, y, observe, cualesquiera que sean los rayos que la Luna tenga con el Sol, pues este último debería tener los mismos que la pFo tiene con el horóscopo. La Luna es con el Sol, como la Parte de la Fortuna con el horóscopo, y el Sol es con el horóscopo, como la Luna es con la Parte de la Fortuna”. Ahora bien, el Sol rara vez tiene la Dec del horóscopo, nunca, sin que esté en él, y en consecuencia la Luna no debería tener la Dec de la Parte de la Fortuna, a menos que esté en ella, de lo contrario no podría estar con la Parte de la Fortuna como el Sol es con el horóscopo. De modo que vemos que la opinión de Negusancio está en desacuerdo con la de Plácido, que era ciertamente la misma que la de Ptolomeo. No sabemos si Plácido cambió su sistema cuando abrazó el de Negusancio, pero a menudo lo compadezco cuando reflexiono sobre su observación. “De buena gana confieso”, dice, “que he trabajado mucho tiempo con respecto a la Parte de la Fortuna y nunca he podido encontrar nada de verdad en ella”. Esto bien podría ser el caso cuando no había verdad en ella, y me recuerda a cierto autor que dice: “Algunos tontos emplean toda su vida en escribir tonterías, y otros toda la suya en tratar de darles sentido”.

Vale la pena observar que difícilmente puede haber una prueba más sólida de la verdad de la astrología que ésta. Pudo encontrar la verdad en las configuraciones planetarias, porque sus efectos se basan en las leyes inmutables de la naturaleza, pero cuando se puso a investigar los efectos de la pFo no pudo "encontrar verdad en ellas", porque no había ninguna. Cuando recibió la nueva invención de Negusantius, que era otro discípulo entusiasta de Ptolomeo, la aprobó mucho y dijo que era perfectamente conforme a la razón y la experiencia, aunque, en otro lugar, al considerar su dependencia de las paralelas lunares para su Dec, reconoce que le falta la confirmación de "ejemplos y experiencia". El método de llevar la anareta a las Paralelas de la Parte de la Fortuna y la Luna al mismo tiempo, dice, "es verdaderamente ingenioso" y así es, porque si los efectos de la Luna no se hubieran atribuido a la Parte de la Fortuna, podría haber trabajado en ello toda su vida sin encontrar "ninguna verdad en ello". Y después de todo, con toda su afinidad "a la razón y la experiencia", parece haberlo utilizado sólo una vez, aunque deben haber ocurrido muchos casos en los que la Parte de la Fortuna era apheta. Pero excepto cuando su Dec se hizo para adaptarse al punto anarético, cualquier juicio fundado en él fallaria con seguridad.

La forma común de tomar el pFo es sumar el signo, grado y minuto en el que se encuentra la Parte de la Fortuna al signo, grado y minuto de la cúspide del horóscopo, y de la suma restar el lugar del Sol, el resto será el lugar de la Parte de la Fortuna.

Ejemplo: Supongamos que la cúspide del horóscopo está en 7°31' de Cap, la Luna en 8°12' de Ari y el Sol en 1°45' de Ari, hallar el lugar de la pFo.

Posicion del horoscopo, 9s 7º 31'
Posicion de la Luna     0  8  12
                  Suma  9 15  43

Posicion del Sol,       0  1  45
Posicion de la pFo      9 13  58 o 13° 58' de Cap

Cuando no se puede hacer ninguna resta, se deben sumar 12 signos, o si quedan más de 12 signos, se deben restar 12 signos.

Este método es, en todo caso, evidentemente incorrecto; pues el lugar de la Luna siempre debe tomarse con su latitud, que, suponiendo que en este caso sea 1º56' norte, haría su declinación 5°7' norte, correspondiente a 12°55' de Ari, que sumado a la del horóscopo, daría la suma 9s 20° 26', de la cual, al restar el lugar del Sol como antes, dejaría el lugar de la Parte de la Fortuna 18°41' de Cap.

Pero esto también sería incorrecto, ya que se estaría mezclando la posición zodiacal y la mundana, y porque los lugares de las luminarias se toman en el zodíaco mientras que los del horóscopo se toman en el mundo. Por lo tanto, la única manera correcta es tomar la Ascensión Oblicua de los lugares en lugar de los lugares mismos y trabajar con ellos como antes.



A.Oblicua del horoscopo,------------------------       311º 21’
A.Oblicua de la Luna con Lat en el polo del Asc,51°32'   0  27
                                                       311º 29’
A.Oblicua del Sol en el polo del Asc,                    0  43
A.Oblicua de la pFo                                    310  46 

Si esto se resta de la ascensión oblicua del horóscopo, dará la distancia oblicua del pFo desde el horóscopo, 0° 16'.

El método de Negusantius es restar la ascensión oblicua del Sol de la del horóscopo, y añadir la ascensión recta de la Luna al resto, lo que dará la ascensión recta del pFo, que comparada con la ascensión recta del Medio Cielo dará su distancia desde ese ángulo; y esto, a su vez, comparado con su arco semidiurno, dará su distancia desde el horóscopo, pero al final todo viene a ser lo mismo que el otro.



A.Oblicua del horoscopo,                   311º 2’
A.Oblicua del Sol en el polo del horoscopo   0 43
                                           310 19
A.Recta de la Luna con Lat                   6 46
A.Recta de la Parte de la Fortuna          317  5
A.Recta del Medio cielo                    221  2
Distancia Recta de la pFo desde el Mc       96  3

Es preciso observar que el pFo tiene la misma declinación que la Luna y, por consiguiente, su semiArco diurno es el mismo. Ahora bien, la Luna tendrá una declinación de 5º norte y su semiArco diurno será de 96° 19', y el del pFo será el mismo.


SemiArco diurno de la pFo 96° 19'

Distancia Recta de la pFo desde el Mc 96 3

Distancia Oblicua de la pFo desde el Asc O 16

Cuando la distancia recta al medio cielo es mayor que el semiArco diurno, el pFo está debajo de la Tierra, y en ese caso su distancia al horóscopo debe medirse por su semiArco nocturno.

En el único caso que da Placidus, lo dirige mediante un movimiento directo, una especie de artificio astrológico, que significa que no hay movimiento en absoluto, pues se supone que el significador permanece fijo en su círculo horario, esperando el movimiento inverso del promisor. Dice que sólo la razón y la experiencia pueden determinar si puede o no dirigirse en sentido inverso.

La muerte del niño, en la que se supone que la Parte de la Fortuna era hyleg, fue causada por la Luna en el radix que tenía la declinación de Sat y la <Cua> de Mar. El efecto de estos aspectos fue tal, que desde el nacimiento no se esperaba que viviera, y se ahogó a los 3 años. 10° de Lib estaban en la cúspide de la C11, y 4º de Esc en la de la C12, y se dice que la Parte de la Fortuna, por Placidus, estaba aproximadamente en la mitad de la C11; pero dónde estaba este medio no es fácil decirlo, porque un poco después dice que el pFo estaba aproximadamente al comienzo de Esc; que podría estar solo 4º desde la cúspide de la C12; Un lugar extraño para ser llamado el medio de la C11, pero él lo quería, si era posible, en ambos lugares, para que pudiera captar la <Cua> cósmica de Sat, y la <Opo> de Mar, que estaba en 1°26' de Tau, sin reflexionar que mientras se comprometía de esta manera a mantener el crédito de Ptolomeo, estaba perdiendo el suyo propio. Observa que, a la hora en que murió el niño, Mar transitó la <Opo> de la pFo pasando por el medio de la C5; pero no estaba cerca de la mitad de la C11, si estaba al principio de Esc. No nos ha dicho qué parte del zodíaco transitó Mar, pero probablemente fue la <Cua> de la Luna, que probablemente causaría tal efecto, porque concibo que la Luna era hyleg, aunque cerca de la cúspide de la C3, por lo que ni con todos los dogmas formales de Ptolomeo me convencerán de lo contrario. En su natalicio de Felipe III, donde, con la autoridad de Ptolomeo, hace el horóscopo hyleg, no puede haber muchas dudas de que la Luna, aunque estaba en la C6, poseía una gran cuota de influencia hilegíaca.

La dirección del horóscopo hacia la <Cua> de Sat fue aparentemente la causa más inmediata de la muerte, pero la enfermedad había estado presente durante 7 años y se originó en la llegada de la Luna a una paraleloa de declinación de Mer, lo que ocasionó un flujo violento de los humores de la cabeza y un mal estado de salud, que duró sin interrupción hasta su muerte. Esto, junto con la declinación de Sat, que la Luna tenía en su natividad, fue la causa real de su muerte; y la dirección de Sat, si tuvo algún efecto (lo cual no estoy preparado para negar en este momento), solo sirvió para completar la catástrofe. La constitución ya estaba rota por la posición lunar y la dirección posterior hacia Mer, y el Sol en la natividad tenía la declinación de Mar y estaba en <Cua> zodiacal hacia la Luna, de modo que las luminarias se afligieron mutuamente por el intercambio de los efectos malignos de las dos desgracias; y aunque ambos estaban bajo la Tierra, no tengo duda de que ambas eran malignas, y esto, ayudado por poderosas direcciones secundarias, podría ocasionar la muerte en ese momento, incluso sin la ayuda del horóscopo. El conocimiento que poseemos de la influencia astral es muy superficial, y aunque es habitual esperar que alguna dirección violenta termine la existencia, a menudo puede suceder sin que ocurra, cuando las causas más remotas que la producen, como en este caso, son extremadamente poderosas. Sólo he hecho estas observaciones para demostrar que hay una fuerte probabilidad de que las luminarias, y particularmente la Luna, sean aféticas en todo momento; que hay más probabilidad de que lo sean que incluso el horóscopo; que la doctrina del pFo es completamente absurda; y que todos los efectos que se le atribuyen pueden rastrearse principalmente a la Luna.

Algunos artistas toman la Parte de la Fortuna de manera diferente durante la noche que durante el día, invirtiendo la regla y añadiendo el lugar del Sol al horóscopo y restándole el lugar de la Luna. Lo mismo ocurre en las cuestiones horarias, siempre que el artista se adhiera firmemente a un sistema; pero este no fue el método utilizado por Ptolomeo.

El pFo entra en un cuadrante diferente cada siete días aproximadamente. En la luna nueva, está invariablemente en el ascendente, desde allí se retira gradualmente a través de la 2.ª y la 3.ª hasta la primera dicótoma, cuando llega a la cúspide de la 4.ª; desde allí se mueve hacia la 7.ª, donde llega a la luna llena; en la 2.ª dicótoma ocupa la cúspide de la 10.ª, desde donde pasa al ascendente en el cambio subsiguiente. El conocimiento de esto será útil para corregir cualquier error que pueda ocurrir al colocarlo.

La Lon y Lat de la pFo pueden, si es necesario, formarse por trigonometría a partir de su A.R y Dec, como la de cualquier otra estrella.

 James Wilson   Diccionario de Astrologia


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



 

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